La pyme TIC andaluza recicla sus residuos electrónicos pero no optimiza su consumo energético

Las pequeñas y medianas empresas de Andalucía vinculadas al sector de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) están concienciadas con la necesidad de reciclar los productos y aparatos electrónicos, que representan el 19% del total de residuos que generan. Así lo revela un estudio elaborado por la fundación Fundetec en el marco de su proyecto PymeVerde, según el cual el 100% trata adecuadamente sus pilas, baterías, CD, etc., el 89% recicla el tóner de sus impresoras, y el 78% hace lo propio con el hardware obsoleto (pantallas, CPU, impresoras,…).

Sin embargo, no llega al 45% el porcentaje de pymes andaluzas que ha implantado un plan de gestión ambiental u otra medida destinada a controlar y reducir los efectos negativos de su actividad sobre el medio ambiente, tan sólo un 33% se ha sometido en los últimos años a un informe de auditoría energética, y apenas un 55% mide y controla la energía que consume.

Este estudio llevado a cabo por Fundetec está vinculado al Programa empleaverde de la Fundación Biodiversidad, cofinanciado por el Fondo Social Europeo, y sus objetivos son, en primer lugar, conocer el impacto que la actividad de las pymes tiene sobre el medio ambiente, y en segundo lugar, ofrecer una serie de recomendaciones o buenas prácticas que les permitirían reducir sus efectos negativos y contribuir a su preservación.

En Andalucía, el 99,93% del tejido empresarial corresponde a pymes, de ahí que sea tan importante la concienciación y formación de este segmento empresarial en materia medioambiental. Según la encuesta realizada, el 78% de las pymes consultadas considera que su personal dispone de la sensibilización suficiente en este sentido, aunque un 56% valoraría positivamente que sus empleados recibieran algún tipo de formación más especializada.

Manual de buenas prácticas

Con el fin de minimizar el impacto negativo de las pymes TIC en el medio ambiente, Fundetec ha elaborado un manual de buenas prácticas basado en recomendaciones relacionadas con los sistemas de climatización y de iluminación, con el uso del papel, el material de oficina y el agua, con la configuración de los equipos informáticos y su reutilización y reciclaje, etc.

Hábitos como apagar los equipos cuando termina la jornada laboral y desconectarlos mediante regletas con interruptor para evitar el denominado “consumo fantasma” (los aparatos en modo pausa o stand-by siguen consumiendo electricidad), o desenchufar los cargadores cuando la carga de los dispositivos está completa (aunque se retire el aparato, si se dejan enchufados siguen consumiendo hasta un 95% de energía), redundan en un menor consumo energético, lo que también se traduce en un ahorro económico para la empresa.

Asimismo, a la hora de adquirir equipos informáticos (monitores, ordenadores, fotocopiadoras etc.) conviene tener en cuenta que tengan el sello Energy Star, que garantiza que su configuración les permite pasar a un estado de reposo mientras no están siendo utilizados transcurrido cierto tiempo, lo que puede suponer un ahorro de hasta el 50% en la factura de la luz y hasta un 70% menos de emisiones de CO2.