Para alcanzar este objetivo, el Ejecutivo de la canciller Angela Merkel está dispuesto a hacer aportaciones financieras allí donde para el sector privado "no sea rentable" instalar la infraestructura necesaria, según el documento de 38 páginas, que no detalla cifras.
El ministro de Infraestructuras, Alexander Dobrindt, indicó en rueda de prensa que el Gobierno alemán se sentará a negociar con los actores implicados del sector la "suma de inversiones" que debe aportar el Estado.
Primero hay que ver las necesidades a nivel de infraestructuras y calcular el coste total, indicó Dobring, para posteriormente ver la cantidad que asume el sector privado y calcular el "agujero" de diferencia que debería asumir el Estado.
En los últimos días se han apuntado diversas cantidades en los medios, aunque la mayoría se sitúan en torno a los 20.000 millones de euros, una cifra que Dobrindt no quiso valorar.
Arne Schönbohm, presidente del Consejo de Seguridad Cibernética, un "lobby" de la industria alemana, recomendó al Gobierno dar "cifras concretas" y "hablar menos", mientras el diario "Die Zeit" titulaba su información sobre este plan "38 páginas de miedo a compromisos firmes".
La Agenda Digital pretende asimismo que "en los próximos cuatro años Alemania se convierta en el número uno europeo en crecimiento digital". Para eso, agrega el documento, es preciso digitalizar la "industria tradicional", por lo que el Gobierno alemán se compromete a fomentar el potencial de "tecnologías como el 'cloud computing' y el 'Big Data'", en referencia al almacenamiento virtual en la nube y al aprovechamiento de la acumulación masiva de datos, respectivamente.
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