La crisis de los árboles muertos

A mediados de los años noventa del siglo pasado un libro llamado Ser digital revolucionó la forma en que muchos veíamos cómo sería el mundo de la comunicación en el futuro, es decir hoy. Nicholas Negroponte, su autor y fundador del Laboratorio de Medios de famoso Instituto Tecnológico de Massachusetts, aportaba en su obra una serie de teorías sobre el cambio y sus seguidores difundíamos su palabra para anunciar el cambio que estaba por llegar.

Negroponte era un gurú, un tecnoevangelista, como se decía en aquellos tiempos, pero la verdad es que acertó en muchas de sus predicciones. Una de sus favoritas era la del cambio de los átomos a los bits. Según Negroponte en el futuro la información  dejaría de viajar en átomos para hacerlo en bits, o lo que es lo mismo: los viejos soportes tienen los días contados, el presente es digital y los lectores hoy lo quieren todo en formato digital. Veamos algunos ejemplos, relacionados con el papel.

Desde mucho antes de la aparición de Ser digital, el periodismo en soporte papel vivía una crisis que perdura hoy y que ha causado el cierre de periódicos en todo el mundo, no sólo en España, hasta el punto de que los alumnos que hoy estudian la carrera de periodismo tienen muy complicado llegar a trabajar algún día en uno de estos periódicos en papel. La gente no lee, es lo que se dice, pero yo veo a gente leyendo a todas horas, es más no hago más que ver a personas pendientes de sus pantallas personales, móviles y tabletas. Están leyendo, pero no leen átomos, leen bits.

¿Sería posible que la crisis del periodismo no sea más que la crisis de un soporte, el papel en este caso? Cuando ya casi nadie se acuerda de Negroponte, gurú de gurús, volvemos a invocar sus palabras en estos días cuando llamaba al pápel “árboles muertos” y es que el negocio de los periodistas es la información, que parte de un proceso digital de principio a fin y sólo al final se convierte en tinta sobre árboles muertos.

Vivimos en el momento de la historia de la Humanidad donde más información se consume, el público quiere estar informado de todo en todo momento y tiene herramientas y recursos para ello, pero ese mismo público que quiere estar informado no lee en papel, sino que es un consumidor de pantalla al que toda la información que necesita le llega a través de un rectángulo iluminado. El móvil conectado a Internet y que es capaz de ejecutar aplicaciones, la tableta y la nueva televisión conectada se han convertido en la ventana que nos asoma a la realidad y a la ficción, al presente y al pasado. El sentimiento romántico del olor y el tacto del papel está ya al mismo nivel que una cena a la luz de las velas, hacer el pan para el desayuno cada mañana en el horno de casa y de tantas otras cosas que hoy sólo hacemos en ocasiones muy especiales.

El periódico digital ya no es una versión alternativa sino que ya es simplemente el periódico. Los estudiantes buscan hoy toda la información que necesitan en fuentes digitales, algunas son elaboradas por profesionales de la información, otras por expertos en los diferentes temas y otras por cualquiera. Por todo lo anterior debemos llevar a las aulas lo digital con urgencia, no sólo como soporte actual de periódico sino como soporte general de la información. Se impone un proceso de alfabetización digital a todos los niveles del proceso educativo, desde la comunidad de docentes, hasta las familias para formar a los niños en los nuevos soportes.

Un caso parecido ocurre con los libros; en las salas de espera, autobuses, trenes y metros triunfa el soporte digital. El libro electrónico y la tableta son ya la biblioteca y el libro al mismo tiempo. Hace años eran dispositivos raros y caros, hoy no.

Por menos de 100 euros hay tabletas en el mercado que se pueden usar para leer apuntes, libros, revistas y todo tipo de material impreso, además de conectarse a Internet y ejecutar aplicaciones de todo tipo. Por menos dinero todavía se puede tener un dispositivo de tinta electrónica que permite su lectura perfecta a plena luz y tiene un consumo mínimo de baterías.

La pelota está ahora en el tejado de los editores que tienen la opción de seguir viviendo en el siglo pasado o asumir que el mundo ha cambiado. Otros ya lo han hecho y las empresas que editan y comercializan libros en formato exclusivamente digital se multiplican. La simplicidad del sistema de edición digital hace que cualquiera pueda publicar su libro y el éxito va a depender de los lectores y no de la promoción de la editorial.

Lo digital ya no es una opción, es tendencia. La profecía de Negroponte se ha cumplido, los átomos se han convertido en bits y la tinta sobre árboles muertos empieza a ser un recuerdo del pasado. Sin embargo, seguimos teniendo pendiente la conclusión de la alfabetización digital o lo que es lo mismo, la normalización de los nuevos soportes en las clases.

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Proyecto "Mejora de la Alfabetización para la promoción de la lectura "Nuevas formas  de lectura de la prensa a través de intenret y dispositivos móviles".

Proyecto subvencionado por la Administracion de la Junta de Andalucía.