"En la situación actual lo digital es imprescindible pero no podemos dar de lado lo analógico"

¿En qué consiste la iniciativa Frena la curva?

Se trata de un foro único en el que convergen las distintas iniciativas que se estaban poniendo en marcha a raíz de la situación de confinamiento, ordenadas en categorías tales como cuidados a personas, conectividad, formación, cultura, ideas para hacer con los más pequeños, etc.

Nos hemos asegurado de que los usuarios e instituciones que ofrecen su ayuda a otras personas tengan el conocimiento suficiente de la situación de riesgo, para que una iniciativa de voluntad ciudadana no acabe poniendo en peligro a esos mismos ciudadanos.

¿De dónde nace esta idea?

La idea original parte de personal de un laboratorio de innovación del Gobierno de Aragón. En un primer momento, se crea un grupo en Telegram con algo más de veinte componentes, algunos de ellos con participación previa en movimientos activistas y, a partir de ahí, tiene lugar una eclosión de personas dispuestas a ayudar en esta situación. La explosión que la idea genera lo es en el aspecto positivo, ya que esto ayuda a visibilizar las necesidades de las personas y ponerlas en relación con las ayudas que pueden ofrecer los servicios públicos u otro tipo de organizaciones. Se creó un foro y después el mapa actual, ya que detectamos que había iniciativas geniales repartidas por Internet pero era necesario que estuvieran geolocalizadas.

La plataforma que han adaptado, Usahidi, ya había sido utilizada anteriormente en catástrofes naturales

Sí. Además, es interesante apuntar que esta herramienta fue diseñada por mujeres africanas para situar sobre un mapa diferentes casos de abusos y violencia. Como bien dices, anteriormente Usahidi se ha utilizado ante desastres naturales como, por ejemplo, el terremoto de Haití de 2010. Permitió mapear a personas que tenían necesidades básicas, para así poder gestionar la llegada de ayuda. El equipo de Kaleidos, que ha sido el encargado de desarrollar nuestro mapa, conocía la tecnología y pensó que era la herramienta más adecuada para poner en marcha este punto de encuentro.

Un punto de encuentro integrado por voluntarios que incluso realizan cursos de formación para ejecutar diferentes tareas de la plataforma

Claro. Hay que tener en cuenta que se trabaja con material muy sensible, por lo que hay moderadores tanto en la parte de las iniciativas como en la del mapa. La mayor parte de los usuarios llegan con buenas intenciones, pero hay garantizar que no haya otros que publiquen cosas que no sean verdaderas o que quieran aprovechar la tesitura para aprovecharse de los más vulnerables.

Entre las personas más vulnerables se encuentran las de mayor edad, ¿cómo consiguen acercar la plataforma a este segmento?

Para personas mayores que, o bien no disponen de la tecnología necesaria o bien no conocen Frena la curva, hemos diseñado unos posters que hemos colgado en repositorio abierto, con el objetivo de que otros usuarios los impriman y los coloquen en sus edificios de manera física; de esta manera, conseguimos que las “chinchetas” no sean solo virtuales. La persona de edad más avanzada puede ver, a través de los carteles, que hay vecinos dispuestos a realizar tareas como tirarles la basura o recoger pedidos de la farmacia. En la situación actual lo digital es imprescindible pero no podemos dar de lado a lo analógico.

¿Hay alguna oferta que le haya llamado especialmente la atención?

Hay detalles bonitos como, por ejemplo, personas que tienen una impresora 3D, quieren contribuir a fabricar mascarillas pero no saben cómo distribuirlas después. Pero me gusta mucho el caso de una madre que cada día dedica un rato a que sus hijos se pongan en contacto con usuarios a los que ofrecen hacerles un retrato. Son iniciativas que, aunque no tengan nada que ver con lo sanitario, muestran que cada persona tiene la voluntad suficiente como para aportar aquello de lo que dispone.