Cibersur.com | 29/09/2010 08:50
La huelga general de hoy 29 de septiembre es la primera que se convoca en el marco de la sociedad digital. Un nuevo paradigma que enfrenta a los sindicatos a una nueva realidad económica y laboral donde la jornada de 40 horas se opone a unos servicios automatizados basados en el modelo 24x7, 365 días al año.
En este escenario, los servicios mínimos o los piquetes informativos poco o nada podrán hacer para limitar o paralizar el acceso a sistemas automatizados que ofrecen servicios como el comercio electrónico, la banca on line o la ventanilla única a través de Internet. “La huelga digital –afirma Yago Arbeloa, presidente de la Asociación de Inversores y Emprendedores de Internet, AIEI- solo tendría efecto si se cortan las comunicaciones, algo que prohíbe la ley, por tratarse de un servicio esencial”. Esto no impide que Internet aparezca, por vez primera, como un indicador clave para evaluar el éxito o fracaso de la convocatoria sindical. Así, junto al seguimiento de la incidencia de la huelga en los transportes, la sanidad o la educación, “mañana también habrá que analizar que ha ocurrido en la red. Si han disminuido o no, y en qué medida, el tráfico, el teletrabajo, las descargas, el envío de correos electrónicos y la transacciones y las compras on line”.
Según Arbeloa, la actividad económica y empresarial se desplazan cada vez más a un entorno digital donde el 80% de los sistemas están automatizados, como la telebanca o la compra de billetes electrónicos, entre otros, y no necesitan de trabajadores para desempeñar su labor, sólo un apagón conseguiría que dejaran de funcionar. “No tenemos constancia de que ningún servicio de hosting vaya a secundar la huelga, pero el hecho de que los trabajadores de una empresa digital decidan seguirla, no significa que deje de prestarse el servicio”, asegura el presidente de la AIEI, Asociación de Inversores y Emprendedores de Internet.
La AIEI, a través de las diferentes empresas que la conforman, va a monitorizar la incidencia de la huelga general en Internet por primera vez en España. Para ello, medirá el volumen de llamadas a los call centers de las empresas de hostings, el número de conversiones de comercio electrónico y el tráfico a sites con contenido de ocio, y lo comparará con la actividad que hubo en la red el pasado miércoles 22 de septiembre, para ver cuáles son las consecuencias de una huelga general digitalmente hablando.
“No creemos que vaya a afectar demasiado en Internet. Los que trabajamos en Internet no concebimos eso de página cerrada por huelga, es un medio 24x7”, afirma Arbeloa, y continúa: “Creemos que no habrá un gran respaldo porque nuestros trabajadores tienen unas características muy específicas. Es un sector donde se intenta crear valor, su trabajo es una pasión para ellos y nosotros lo tenemos reconocido como tal, y buscamos que se sientan motivados. Nuestro sector no juzga sus edades y sí sus capacidades, dando oportunidades a todo el mundo, incluida la llamada generación perdida, formada por jóvenes de 20 a 30 años. Los trabajadores en la red no tienen las mismas condiciones laborales que tienen otros colectivos, que son los que han tomado la decisión de ir a la huelga por la reforma laboral. Aunque es cierto que somos un sector incomprendido, que funcionamos en muchas partes sin la regulación necesaria”, dice Arbeloa.
Según el informe anual de “La Sociedad en Red 2009”, elaborado por el Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información (ONTSI), España roza ya los 27 millones de internautas. Además, es líder, junto a Malta, en la UE en el número de empresas que tienen banda ancha, un 98%, casi la totalidad de las mismas. Este estudio cifra el mercado de comercio electrónico en España (B2C) en 7.760 millones de euros al año, con un volumen de compradores de hasta 10,4 millones. Nuestro país es líder mundial en identificaciones electrónicas, con las que se pueden hacer más de 97% de los trámites con la administración a través de Internet. Ante este horizonte digital, y con una huelga general en ciernes, es lógico pensar cómo va a afectar ésta a las actividades comerciales electrónicas y a otros servicios, que, sin duda, experimentarán cierta incidencia.
Aunque la banda ancha aún no tiene la consideración de servicio universal, el ministerio de Industria ha incluido el acceso a Internet como servicio esencial y ha enviado un comunicado a los diferentes proveedores (Telefónica, encargada del servicio universal, Orange, Jazztel, Vodafone y el resto de operadoras) para pedirles que garanticen el acceso y funcionamiento de la red durante la huelga general, al igual que se hace con la telefonía fija y móvil. Desde el ministerio no se ha especificado cuál debe ser ése servicio, pero las compañías han determinado que deben asegurar el servicio de banda ancha. En caso de fallar ese servicio durante la jornada de huelga, las operadoras se podrían enfrentar a una infracción grave o muy grave (Ley general de Telecomunicaciones) por no haber garantizado los servicios mínimos.
Son múltiples los aspectos que pueden llegar a observarse en Internet durante la jornada de huelga. Desde un seguimiento de la misma por parte de los teletrabajadores, hasta lo contrario, observando una incidencia nula en aquéllos que desarrollan sus actividades laborales de forma telemática a través de sus casas, ya que no se verán afectados por la huelga de transportes o por las presiones de los piquetes. “Internet es una ventaja que garantiza que todo el mundo pueda ejercer sus derechos fundamentales, que no están garantizados de por sí porque hay ciertas personas que lo impiden. Da una oportunidad que hasta hace poco no existía”, opina el presidente de la AIEI. Las transacciones comerciales pueden experimentar cambios reseñables, aumentar o disminuir su volumen, dato de gran interés por el dinero que se mueve en ellas, 7.760 millones de euros, según el estudio de ONTSI, más de 21 millones de euros diarios. Asimismo, será interesante ver cómo se va a reflejar en la red que miles de personas no acudan a sus puestos de trabajo, el uso de las redes sociales, canales de comunicación, correos electrónicos, webs de ocio, etc. pueden aumentar su actividad exponencialmente.
“La tecnología ahora va a ayudar a controlar cosas que hasta el momento no había modo de controlar. Que alguien hiciera lo que quisiera el día de la huelga y no pasara nada, ahora no va a suceder, porque vamos a tener suficientes medios para registrarlo. Tenemos móviles con cámaras o videovigilancia, todo conectado a Internet. Del modo que si alguien apedrea un escaparate, quedará reflejado en la red, y más pronto o más tarde terminará pagando por lo que haga”, apunta Arbeloa como un avance del mundo digitalizado.
En el año 2002, Telefónica sufrió un sabotaje en una de sus líneas de fibra óptica en varios puntos del norte de la comunidad de Madrid que dejaron sin servicio de comunicaciones, internet y telefonía móvil, a 16 provincias españolas.