Haciendo las paces con Windows… y con Nokia

Al abrir la nostálgica e inimitable caja de Nokia -¿quién no recuerda haber estrenado un Nokia en el pasado?- nos encontramos con un terminal elegante y a la vez robusto con una pantalla más que decente de 3,7" que da forma a un smartphone distinto y en donde WIndows Phone encuentra un aliado perfecto para explotar todo su potencial.
 
Una memoria RAM de 512 y un potente procesador Snapdragon de 1.4 Ghz son los pilares del nuevo dispositivo, que adolece de entrada para tarjeta de memoria, aunque presume de un digno almacenamiento interno de 16 Gigas.
 
Con unas dimensiones de 116.5x61.2x12 mm y un peso de 142 gramos, el Lumia 800 propone una experiencia de usuario es muy gratificante.  No estamos ante un IOS, ni ante Android,  estamos ante algo distinto, rápido, que funciona y que deja muy buenas sensaciones a los usuarios que se inician.
 
La cámara de 8 Mpx con óptica Carl Zeiss y objetivo gran angular, sin ser una maravilla, va realmente bien y el resultado de fotos y vídeos que se ven en la pantalla es bastante interesante.
 
De aplicaciones, sorprendentemente Windows Phone ha hecho los deberes. El "Market Place" cuenta con los aplicativos más extendidos, con lo que el usuario no va a echar de menos sus apps favoritas. Aquí vemos el potencial de la plataforma, porque a Windows Phone, todavía se le espera.
 
Una pega, la duración de la batería, de 1450 mAh. Un defecto generalizado en los terminales de estas características y que a priori parecía que Nokia y Microsoft iban a intentar subsanar. Tendrá que ser  en otra ocasión.
 
Desde luego, la apuesta de Microsoft y Nokia partía desde muy abajo y el mercado parece que le está dando chance.
 
No sabemos si tanto como los osados analistas de la consultora IDS que ve a Windows Phone coliderando el mercado en 2015 con Android y muy por delante de IOS y Blackberry. El tiempo y sobretodo, los usuarios dirán. De momento, bienvenidos.