La generación Z se gradúa de manera virtual

El pasado 28 de marzo era un día muy especial para el alumnado de último curso de la Business Breakthrough University de Tokio (BBT). Después de haber superado con éxito sus estudios, todo estaba preparado para que los jóvenes pasaran a recoger sus diplomas en un acto de graduación que tenía lugar en el Hotel Grand Palace de la capital nipona. Pero a la llamada del presidente de la institución, Omae Kenichi, no acudía cada uno de los estudiantes nombrados, sino  que en su lugar subía al escenario una suerte de robot humanoide equipado con toga, birrete y una tablet en lugar de cara en cuya pantalla, esta vez sí, aparecía el rostro del joven o la joven citados.

Sin duda alguna, el experimento japonés supone un caso extremo de cómo el ingenio se ha aguzado a la hora de reinventar los actos de graduación en tiempos del coronavirus. El mayor impacto de la pandemia ha coincidido con el fin de los cursos escolares y muchos se han resistido a postergar, o en el peor de los casos a cancelar, los eventos en los que se premia el esfuerzo invertido.

En Andalucía, por el momento, las universidades parecen descartar la celebración de graduaciones virtuales que sí se han dado, por ejemplo, en algunos centros de la cercana comunidad extremeña. Pero algunos de sus estudiantes y profesores han apostado por la búsqueda de soluciones provisionales a la espera de conocer la decisión definitiva de las instituciones competentes. Como una de esas soluciones entra en juego OrlaOnline (https://www.orlaonline.es/ ), la iniciativa de dos emprendedores de Jerez de la Frontera (Cádiz) que, puesta en marcha en el años 2012, parecía anticiparse a las necesidades que surgirían apenas una década después.

Tal y como su propio nombre indica, el mecanismo de esta plataforma online permite generar una orla de graduación de manera rápida y gratuita, en un proceso cuyo paso más complicado es el de reunir las fotografías de todos y cada uno de los alumnos y alumnas del curso: “El usuario tan solo tiene que subir al sistema los archivos con las fotos, que deben de estar nombrados con el nombre y los apellidos del estudiante al que corresponden y, a partir de ahí, elegir una plantilla, colocar el logotipo y el nombre del centro, el curso que se gradúa, previsualizar el documento para comprobar que todo está en orden y, si lo está, proceder a hacer el pedido”, explica Salvador de la Barrera, CEO de OrlaOnline junto con su hermano Isaac.

Herederos de una familia con tradición en el sector de la imprenta, Salvador e Isaac aseguran haber ideado su plataforma para facilitar un proceso que siempre se les había antojado largo y complicado: “Observamos”, cuenta Salvador, “que un empleado de diseño gráfico invertía mucho tiempo en crear la plantilla, colocar las fotos una por una, cuadrar los nombres, y hacer las correcciones oportunas, bastante frecuentes, después de todo el proceso. Pensamos que sería una buena idea disponer de un robot que hiciera eso por ti, y que lo hiciera de una manera rápida y económica”.

Y esta buena idea acabaría cuajando en forma de negocio que ha logrado alcanzar su cénit en plena crisis sanitaria: “Si hacemos una comparación con respecto al año pasado, hemos registrado un aumento de pedidos hasta el momento que supera el 115%. Además, las consultas a la plataformas se han multiplicado por cuatro (un 500%, indica la compañía), lo que ha motivado que ampliemos continuamente los recursos de nuestro servidor para atender a la demanda. Estos indicadores nos hacen prever una subida de ventas sin precedentes en años anteriores, en los que el crecimiento anual se situaba entre un 16% y un 20%”.

No solo evoluciona el número de pedidos, sino que estos emprendedores también prevén implementar cambios en la plataforma sin descartar la colocación virtual de “una beca y un birrete a las fotos, ya que es algo que teníamos contemplado y que nos solicitan mucho los clientes, a pesar de la dificultad técnica que conlleva”.

En tan solo 48 horas, los estudiantes reciben en sus domicilios un documento que quedará enmarcado en las paredes de sus despachos de trabajo, como símbolo de un recuerdo imborrable. Y todo gracias a la ayuda de unos jerezanos que han sabido graduarse con matrícula de honor en la carrera de las tecnologías creativas.