"Hay que conocer a qué juegan nuestros hijos y para ello, hay que jugar con ellos"

¿Es importante enseñar a los jóvenes cómo gestionar bien ese tiempo que pasan jugando a videojuegos?

Sí, porque saber gestionar el tiempo y sobre todo, mantener un autocontrol, es una herramienta muy importante en la vida y muy útil cuando pasas a ser un adulto. Hay que saber auto gestionarse para controlar el tiempo que se dedica a cada cosa.

Habrá niños y niñas a los que les cueste autogestionarse. Aquí entran en juego los padres…¿Qué pautas deben seguir ellos para ayudar a sus hijos?

Cuando detectamos un problema de poco control o mala gestión, lo primero que tenemos que tener en cuenta es que esto no se va a solucionar de la noche a la mañana. Es un proceso lento en el que si tú conviertes los videojuegos en un modo de enfrentarte a tu hijo o hija, probablemente lo único que vas a conseguir es agravar el problema. Lo ideal es la comunicación. Para alcanzarla, tienes que conseguir que tu hijo te escuche. La comunicación tiene que ser fluida. Intentamos explicar a los padres que tienen que convertirlo en algo habitual. Hay que preguntarles sobre lo que a ellos les interesa. Por ejemplo, si le preguntas sobre el videojuego que le gusta, o sobre algo que le apasione, la conversación fluirá mucho mejor. Una vez logras esa comunicación fluida, podemos recurrir al intercambio en vez de a la prohibición. Es decir, intercambiar horas de juego, por otras formas de ocio.

¿Cuántas horas es recomendable dedicarle a los videojuegos?

Por debajo de 3 años, los expertos de la Asociación Americana de Pediatría, dicen que no es conveniente dedicarle ni una hora, no deben jugar a ningún videojuego, ni siquiera en las tablets. Después, entre los 3 y los 6 años, deben jugar exclusivamente a videojuegos educativos y menos de una hora. Para los menores de 12 años, lo ideal sería no jugar más de dos horas al día. Por otro lado, para los mayores de 12 años no hay oficialmente un límite de horas, pero sí se recomienda que se descanse cada dos horas.

Es muy importante seguir ese descanso recomendado porque se puede producir el síndrome visual informático, algo que producen todas las pantallas cuando llevas más de dos horas mirándola. La vista se cansa y el ojo se seca. Una molestia temporal que simplemente haciendo un descanso se pasa. Además, los niños que tienden a gritar y a enfadarse cuando juegan lo hacen cuando llevan mucho tiempo. Se cansan, se frustran y están de peor humor. Van a jugar mejor y van a estar más contentos consigo mismo y con su rendimiento en el videojuego si descansan cada dos horas.

¿Podemos aumentar las horas de juego debido a la crisis del coronavirus?¿Hay que seguir algún tipo de rutina?

Hay que intentar hacer un horario. Por ejemplo, cuando iban al colegio tenían su rutina. Se puede hacer un horario en el que organices el tiempo que tus hijos van a dedicar a lo videojuegos. Porque evidentemente ahora, debido a la situación en la que nos encontramos, sin horario lectivo van a tener más tiempo libre.

Organizar el día con tareas, de forma que no se encuentren con horas muertas en las que no saben qué hacer. Hay tiempo para todo, para arreglar tu habitación y colaborar en casa, y para jugar.  Aunque para los menores de 12 años no debemos olvidar que son 2 horas máximo en todo el día. Pero podríamos repartirlas, por ejemplo, una hora por la mañana y otra por la tarde.

¿Por qué jugar e involucrarse con ellos es fundamental?

Jugando con ellos vas a conseguir ser un aliado, y cuando tú decidas que es la última partida, lo será. Involucrándote, vas a estar pendiente y prevenido ante posibles problemas. Ya que muchos videojuegos son en abierto, y en Internet hay gente de todo tipo. Si tu hijo quiere jugar en abierto con otras personas, tiene que utilizar los altavoces así tú puedas oír en todo momento la conversación. Si no, solo puede jugar con sus amigos y sin altavoces ni auriculares. Esto sirve para evitar enfrentarnos a posibles problemas más graves. Los padres tienen que compartir tiempo con sus hijos en el juego porque así saben a qué está jugando. Así, pueden valorar de primera mano si el juego es o no adecuado para él.

¿Qué consejos aportáis desde TGEA a los padres?

En primer lugar, hay que trabajar la comunicación con tus hijos. En segundo lugar, hay que conocer  a qué juegan nuestros hijos y para ello, hay que jugar con ellos.

¿Qué recursos pueden utilizar los padres para aprender más sobre cómo gestionar el uso de los videojuegos con sus hijos e hijas?

Si eres un padre neófito en temas de videojuegos, pero tus hijos juegan y te preocupas, una muy buena forma de aprender es utilizar la página web PEGI.INFO. Aquí, pones en el buscador el título del videojuego te saldrá toda la información disponible, como por ejemplo, para qué edad está recomendado o si tiene, por ejemplo, violencia o algún tipo de micropagos. Es una ayuda, en mi opinión, muy bueno. También, recurrir a los expertos y encargados de establecimientos de videojuegos. Y, sin duda, venir a academias como la nuestra, en la que somos un equipo docente muy cualificado compuesto por ex jugadores profesionales de la escena competitiva, psicólogo, nutricionista y preparador físico.