Cibersur.com/Agencias | 10/02/2012 13:20
La comisaria europea de Investigación, Innovación y Ciencia, Máire Geoghegan-Quinn, presentará en Bruselas la comunicación (documento no legislativo).
Teniendo en cuenta que la población mundial se acerca a los 9.000 millones de personas y que los recursos naturales son limitados, Europa necesita 'fuentes renovables biológicas' para seguir garantizando el acceso a los alimentos o la energía, explicaron a Efe fuentes comunitarias.
La iniciativa ayudará en la transición de una economía basada en los combustible fósiles a una bioeconomía sostenible en Europa, basada en la innovación y la investigación, agregaron, y precisaron que propondrá un enfoque 'coherente, intersectorial e interdisciplinar' para que la economía europea dependa menos del carbón.
Por ejemplo, se intentarán combinar los objetivos de una agricultura sostenible con los de la seguridad alimentaria, así como el uso de energías renovables para fines industriales y la protección del medioambiente.
Según un borrador de la propuesta al que tuvo acceso Efe, se estudiará cómo obtener una 'producción sostenible' de fuentes renovables como la agricultura, los bosques, la pesca o la producción de papel, así como parte de las industrias químicas, biotecnológicas y energéticas.
El texto recuerda que los sectores de la bioeconomía en Europa ingresan al año unos 2 billones de euros y dan empleo a 22 millones de personas (aproximadamente el 9 % de la mano de obra) y que más del 80 % del territorio comunitario está cubierto por granjas o bosques, una importante baza a las que se suman a unas pesquerías de peso global.
La CE considera que una estrategia específica sobre bioeconomía apoyada por 'sustanciales esfuerzos en investigación e innovación', podría generar más de 400.000 puestos de trabajo y una ganancia de más del 0,4 % del PIB europeo, y contribuir a lograr los objetivos de la UE para frenar los efectos del cambio climático.
Una de las áreas donde propone actuar es la reforma de la Política Agrícola Común (PAC) para 2014-2020, que valora la innovación, la transferencia de conocimientos o la educación como importantes herramientas para el desarrollo futuro de la agricultura.
En ese ámbito, ve necesario proteger y reforzar los recursos necesarios para mantener e incrementar la producción de alimentos, pero también de biocombustibles.
En el área de la pesca, propone una explotación sostenible de los océanos, la conservación del medio marino y una acuicultura competitiva.
Por lo que respecta a la industria basada en la biomasa, la estrategia propone dotarla de un marco regulador que garantice la disponibilidad de esos productos a precios competitivos, sin distorsionar el precio de los alimentos o sobrepasar la capacidad de los ecosistemas.
Para garantizar la seguridad alimentaria, invita a desarrollar criterios y estándares globales de sostenibilidad para los distintos sistemas de producción, así como a coordinar las acciones nacionales para reducir el 'evitable' desperdicio de comida en un 50 % de cara a 2020.